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Sergio Abrevaya: “El Consejo Económico y Social tiene que aspirar a que sus informes sean leídos por los poderes públicos”

Entrevistas│ El presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires reflexiona sobre el impacto de la agenda de la organización y el trabajo con CIPPEC

 

 

[Nota del Editor: En el marco del proyecto “Evaluación de la incidencia del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires”, el presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires, Sergio Abrevaya, reflexiona sobre el rol de la organización, el impacto de su agenda desde 2012 y los resultados del trabajo realizado con CIPPEC durante el último año y medio.] 

 

 

 

 

 

 

Federico Frascheri (FF): ¿Cómo definiría el rol del Consejo Económico y Social (CEyS) en relación con el debate de políticas públicas de la CABA?

 

 

Sergio Abrevaya (SA): Creo que es el aporte de la sociedad civil. El CEyS se compone de organizaciones que, en su mayoría, tienen una impronta especial de producción y de trabajo. En general, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se registra ningún proceso de construcción de políticas públicas desde la sociedad civil sin la intermediación el Estado. En el CEyS, en cambio, el debate se da en una asamblea de 26 organizaciones, pero el Estado no está presente. Ese aporte es muy interesante para el mediano y largo plazo, porque son organizaciones con una vida dinámica en la ciudad y con mucha responsabilidad sobre lo que hacen, para que el futuro se asegure en relación con su sector y a otros sectores. Pensando en el mañana, el debate es muy rico.

 

 

 

FF: ¿Cómo impactó en la agenda pública la acción del CEyS? ¿Considera que hubo cambios de actitud, discursivos, de procedimiento, de contenido o de comportamiento a nivel externo en funcionarios públicos o la sociedad civil? 

 

 

SA: Yo creo que los hubo. A lo largo de estos tres años que el CEyS pudo desarrollar tareas, la participación de los funcionarios en algunos debates del CEyS fue en aumento, así como las consultas y pedidos de opinión a estos actores. Lo vimos al inicio, con Educación, que fue el primer trabajo que hizo el CEyS, donde participaron más de 3.000 personas. Ese trabajo fue ejemplo suficiente sobre lo que se podía hacer. Luego, dio a luz un montón de miradas sobre industria, comercio y vivienda. Así, los funcionarios fueron recibiendo nuestros aportes cada vez con más interés. Y en 2014, se manifestó un primer resultado de esa nueva confianza, cuando el ministro de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires le pidió al CEyS que opine sobre uno de los temas más importantes de la Ciudad: la basura. El CEyS hizo un largo proceso y finalmente le entregó un informe al ministro, que él se acercó a recibir en persona. Creo que la organización fue creciendo en su influencia, pero creo que esta puede seguir creciendo.

 

 

 

FF: Teniendo en cuenta la producción de información que realizaron las comisiones, ¿cuáles son las que tuvieron más alcance? ¿Cuáles son las buenas prácticas o lecciones aprendidas de estos procesos?

 

 

SA: Creo que la de Educación tuvo un alcance relevante en algunos temas. Este año se produjo la primera iniciativa parlamentaria que votó el CEyS. Ahí veremos si el legislativo se hace carne de esta mirada que tiene el CEyS de plantear por primera vez una ley de principios educativos para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Buenas prácticas aprendimos varias en este proceso: por ejemplo, la importancia de consultar al consejero de una comisión que no vino nunca a discutir determinado tema, pero que sin duda se va a oponer al momento de votarlo. Hay prácticas para alcanzar la construcción del consenso previas a la asamblea, donde de todos modos se vuelve a debatir, como consultar antes. La otra tuvo que ver con la estandarización de los informes, acordar una metodología mínima. Por eso, el año pasado aprobamos una nueva comisión que es revisora de lo metodológico.

¿Qué comisiones fueron más importantes? Depende de dónde se lo mire. Hay algunas que tuvieron un alcance mediático mayor, como la de vivienda, que tuvo mucho impacto y su trabajo fue recuperado  no solo por medios de difusión sino también por otros formadores de opinión. Los dos informes, el de diagnóstico y el de propuestas, fueron muy importantes. Pero es un ejemplo, el resto de las comisiones también tuvo mucha fuerza.

 

 

 

FF: ¿Cuáles son los desafíos en materia de incidencia que enfrenta el CEyS? ¿Qué productos pueden mejorar la incidencia del Consejo?

 

 

SA: En primer lugar, el CEyS tiene que aspirar a que sus informes sean leídos y consultados por los poderes públicos. Este sería el gran logro. No es que la Legislatura apruebe una ley o que el Ejecutivo haga a rajatabla lo que pida el CEyS, porque es consultivo, no gobierna. El gran logro es que lo hayan tenido en cuenta. Que cuando se decida una política pública digan: “Tráeme el informe del consejo, que tengo que ver qué dijeron”. En este tiempo aprendimos, después de algunos talleres, sobre la importancia que tiene hablar más con el Ejecutivo y el Legislativo acerca de lo que estamos produciendo.

Otra de las herramientas que construimos durante 2014 fue darle el trabajo técnico a universidades y consultoras muy reconocidas, variadas en su pensamiento político, porque el CEyS es así, pero que nos brindan un soporte técnico de prestigio externo. Entonces, cuando el CEyS elabora un informe, lo hace desde estos informes previos, realizados por terceros.

 

 

 

FF: Pensando en la evaluación realizada por CIPPEC, ¿en qué aspectos les fue útil mirar la incidencia y la comunicación para la incidencia? ¿Qué elementos/ideas/áreas de trabajo aportó para el desarrollo institucional del Consejo?

 

 

SA: Yo te resumiría dos que me llevé con mucha fuerza, y que ya estamos empezando a aplicarlos. Una es la comunicación. Estamos pensando en cómo mejorar los informes, pero no en el sentido de abandonar los textos, que son ineludibles por el contenido profundo que tienen, sino en cómo construir una herramienta adicional de comunicación de ese informe que sintetiza, que es visual y que produce en uno o dos minutos el impacto rápido de interés, para eventualmente leer el informe completo. Estamos con esa idea, que surge de los talleres hechos por CIPPEC.

La segunda idea que surge de ahí es la del lobby. No basta con enviar el informe, aun con una buena herramienta de comunicación. Hace falta el trato personal: que alguien vaya, que se siente con cada legislador, con cada director de área que tenga que ver con el informe, y que se le explique, se le cuente y se le ofrezca el trayecto que significó producir el trabajo, que es lo más rico y no se ve cuando se lee el trabajo. Esto, que vulgarmente se llama “lobby”, para nosotros es la posibilidad de hacer más eficiente esa consultoría que la Constitución le otorgó al CEyS. Cuando lo crea, crea un ente consultivo, entonces tiene que llegar todo lo posible a quienes tienen la responsabilidad de decidir sobre el destino del Estado, de la Ciudad.

 

 

 

FF: Espacio de reflexión abierto sobre el trabajo con CIPPEC

 

 

SA: Yo creo que hubo dos partes interesantes: una tiene que ver con el diagnóstico acerca de la comunicación, acerca de la posibilidad de incidir. Por ejemplo, la mayor institucionalización, que ahora está más en mi cabeza, pero para adelante, debería institucionalizarse más y descansar en prácticas y procesos internos que sostengan la institucionalidad más allá de las personas.

Otro muy importante fue la interacción en los dos talleres, uno además compartido con la Universidad Di Tella. Creo que la interacción fue muy importante para que hablen los consejeros, asesores y empleados del CEyS; y para que pudieran reflexionar sobre la incidencia, la institucionalización y sobre cómo se construyen los informes. Esa reflexión hace mucho más fácil internalizar el informe, y aun corregirlo. Creo que esa interacción fue el otro gran aporte del trabajo conjunto. 

 

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Desarrollo de capacidades
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