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Straface: “El desafío es refinar la tecnología de incidencia en las campañas electorales”

Entrevistas │ Fernando Straface, director ejecutivo del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) enumera y explica las experiencias de incidencia en las elecciones de 2011 y 2015.

  

[Nota del editor: En 2011, CIPPEC desarrolló la iniciativa “Agenda Presidencial 2011-2015”, sobre la cual la institución reflexionó en el documento Promover un foro nacional de políticas: CIPPEC y el proyecto “Agenda Presidencial 2011-2015”, de la Think Tank Series. En 2014, junto a un grupo de empresarios jóvenes y referentes de la vida pública, política y cultural de la Argentina, CIPPEC comenzó a trabajar en una nueva iniciativa de cara a las elecciones 2015, denominada Argentina Debate. El artículo se enmarca en la serie Think tanks y procesos electorales: Lecciones desde América Latina, compilada y editada por Leandro Echt].

 

Leandro Echt: ¿Qué rol les cabe a los think tanks latinoamericanos en las campañas electorales?

 

Fernando Straface: Después de haber visto varios procesos presidenciales en la región, uno constata que algunos think tanks asumieron un rol protagónico en materia de promoción del diálogo y de propuestas de política pública. Desde los think tanks chilenos, pioneros en este tipo de experiencias, hasta organizaciones como Fedesarrollo (Colombia), CIES (Perú), Grupo FARO (Ecuador) y también en México, se acumulan experiencias y lecciones en torno a la participación de este tipo de instituciones en los procesos electorales.

 

Al mismo tiempo, se observan tres factores contextuales que potenciaron este rol de los think tanks en las campañas presidenciales. Primero, América Latina cuenta con una tradición importante de think tanks sólidos: en cada país se puede encontrar al menos un centro de pensamiento relevante para el debate público en el país. Segundo, en varios países de la región se percibe la debilidad de los partidos políticos para formular y explicitar su plataforma de políticas públicas: ya no piensan tanto en el gobierno, sino que se preparan para ganar elecciones, lo cual crea un espacio para que aprovechen el trabajo de los think tanks que se dedican, justamente, a pensar las mejores políticas para el país. Tercero, los think tanks de la región no fueron solo puentes entre la política y la academia, sino que también supieron ser buenos traductores de ideas complejas hacia los medios, y a través de ellos a la ciudadanía. La debilidad de los partidos políticos para comunicarse con la sociedad hace que esta vea en los think tanks un camino para informarse de forma más directa y fácil en el marco de una elección.

 

Estos factores, considerados conjuntamente, configuraron un escenario en el que los think tanks se erigen como protagonistas de la discusión de políticas públicas. A su vez, los think tanks supieron desarrollar una suerte de “tecnología de incidencia” en el marco de las campañas electorales: un método para lograr aprovechar un momento de alta intensidad política para impulsar la discusión de la agenda pública. Se trata de mejorar la calidad de la comunicación pública sobre la estrategia de desarrollo de un país en el momento en que la sociedad debe elegir a quiénes conducirán dicha estrategia.

 

A partir de estas experiencias de muchos think tanks de la región, uno logra observar patrones que se reprodujeron en las estrategias de incidencia, en muchos casos asociados con el tipo de gobierno y la cultura política de la región, caracterizada por la personalización de las opciones de gobierno y por la concentración de la discusión de políticas en el pasado y no en el futuro, solo por mencionar algunos rasgos. Estos rasgos típicos de la estrategia de incidencia se reflejan en la gestión de la producción de la evidencia, en los productos comunicacionales, en los destinatarios de la iniciativa y en la gobernanza de los proyectos, entre otros aspectos. Así, la región creó un método innovador en términos de cómo se discuten las políticas en el marco de una elección. En muchos casos, estos procesos concluyeron en debates entre candidatos frente a la sociedad como árbitro.

 

También es importante destacar el proceso de fertilización cruzada, a través de la cual se compartieron lecciones entre las distintas iniciativas lideradas por los think tanks de la región. América Latina cuenta con una enorme ventaja respecto de otros ecosistemas: la comunión de lenguaje. Al mismo tiempo, iniciativas como la Think Tank Initiative, proyectos apoyados por GDNet y ODI, el ranking de think tanks de la Universidad de Pennsylvania, el blog On think tanks, el trabajo de CIPPEC, FARO y CIES, y el apoyo de CIPE a diversas iniciativas de incidencia en elecciones de la región, propiciaron un mayor y más frecuente intercambio entre las instituciones. Los think tanks latinoamericanos fueron capaces de generar acción colectiva para ir aprendiendo unos de los otros, lo cual contribuyó a que las elecciones su vuelvan un objeto de interés común.

 

LE: ¿Qué lecciones obtuvieron de la experiencia anterior, “Agenda presidencial 2011-2015”?

 

FS: La mayoría de las lecciones que arrojó Agenda Presidencial fueron reflexionadas en el documento Promover un foro nacional de políticas: CIPPEC y el proyecto “Agenda Presidencial 2011-2015”. A continuación, me concentraré en algunas de las más relevantes.

 

Una primera lección es que el contexto político influye en las condiciones de escucha/disposición del sistema político para participar de procesos de diálogos como los que intentamos promover. La falta de competitividad entre candidatos, así como escenarios de continuidad del gobierno, desincentivan la intención del gobierno de involucrarse en un ejercicio de diálogo como el que los think tanks buscan promover. Ese fue el escenario argentino en 2011: se evidenciaba una configuración asimétrica entre los candidatos y era casi segura la reelección del presidente. Además, la legitimidad del candidato con mayor intención de voto no se sustentaba en diálogos de este tipo. CIPPEC logró dialogar directamente y con profundidad con los candidatos de la oposición y sus equipos de especialistas en diversos temas, pero el diálogo con el candidato oficialista fue mediado por instituciones académicas y políticas asociadas con el gobierno. Por el contrario, es esperable que mayores condiciones de incertidumbre respecto de quién va a triunfar en las elecciones favorezcan este tipo de ejercicios, ya que habría más de un actor interesado en invertir en la formación del gobierno. En definitiva, es sumamente importante que los think tanks sepan leer el contexto a la hora de invertir en esfuerzos de este tipo.

 

Una segunda lección se vincula con el caudal de temas que el think tank se propone abordar en una iniciativa como esta. En 2011, CIPPEC se propuso trabajar en 15 temas de política pública, para lo cual se produjeron 15 memos, cada uno con sus respectivas propuestas. La apuesta era recorrer toda la acción sectorial del Estado, generar una mirada global y sistémica de las responsabilidades de gobierno. Si bien hacia el interior de la organización se trató de un gran ejercicio de coherencia sistémica, este enfoque supuso la necesidad de contar con una estrategia de incidencia diversificada para poder llegar a los respectivos actores de cada campo, lo cual resultó en un extenuante esfuerzo de producción, reflexión y diálogo. Por ello, de cara a 2015, la nueva iniciativa Argentina Debate se enfocará en una serie de temas protagónicos (Educación, Infraestructura, Primera infancia y Calidad institucional), lo cual permitirá focalizar la estrategia de incidencia.

 

Cabe aclarar que ninguna de estas dos estrategias es en sí misma mejor que la otra. La elección dependerá, entre otras cosas, de la demanda del contexto y de la producción con la que ya cuente el think tank (por ejemplo, en 2011 tejimos alianzas con otras organizaciones para que abordaran temas en los cuales CIPPEC no se enfoca). Además, el ejercicio holístico de 2011 le aportó a CIPPEC una visión panorámica de diversos asuntos de política, y muchos actores ven ahora a la institución como un espacio que está pensando propuestas para las campañas electorales. Este capital construido lo usaremos de cara a la próxima elección presidencial, pero ahora para focalizar en temas más relevantes de la agenda pública.

 

Tercero, una iniciativa de esta magnitud no puede hacerse en soledad. Es importante tejer alianzas con organizaciones con relevancia sectorial, legitimidad pública y/o capacidad de incidencia. Esto aumentará la interlocución de la iniciativa y su capital relacional. En 2011 invitamos a organizaciones pares con expertise en un tema específico a escribir documentos. De cara a 2015, se diseñó un Comité Estratégico (conformado por excancilleres, embajadores, periodistas, sindicalistas y otras figuras con representación social) que apunta a construir legitimidad desde el punto de partida del proyecto. Además, estamos asociados a un grupo de empresarios jóvenes que manifestaron su intención de contribuir a mejorar la cultura de debate público en el país.

 

Una cuarta lección se refiere a que los ejercicios de incidencia en elecciones suponen una cierta “estacionalidad” en la estrategia de incidencia de los think tanks. Es decir, cada 4 años (en el caso argentino) la institución toma la decisión de concentrarse en ciertos temas de la agenda pública. Sin embargo, este esfuerzo conlleva el desafío de no dejar de comunicar acerca de aquellos temas que la institución trabaja y que, si bien pueden no ser parte de la agenda de una iniciativa puntual, siguen siendo relevantes para su posicionamiento y sostenibilidad.

 

La quinta lección tiene que ver con el dilema entre llevar adelante una iniciativa de carácter más propositivo o una enfocada en la construcción de las propuestas a través del diálogo con los actores de la comunidad política. En 2011, la experiencia tuvo una vocación decididamente propositiva: se apostó a la reflexión profunda sobre diversos temas acompañada de un abanico de propuestas. De cara a 2015, Argentina Debate se propone ser más una plataforma para promover la discusión pública sobre el desarrollo del país que un dispositivo propositivo. Para ello, trabajaremos con el formato de “Documentos de entrada”, elaborados por expertos de CIPPEC y de otras organizaciones que servirán como disparadores del diálogo, para concluir con “Documentos de salida” enriquecidos por el diálogo con los principales referentes políticos, académicos y empresariales en cada tema.  

 

Sexto, es necesario reflexionar sobre cómo se plasmará la estrategia de incidencia. Me refiero al dilema entre visibilidad de las acciones versus lo que en CIPPEC llamamos “incidencia silenciosa”. Atado a esto, otro punto a considerar es el timing de las acciones. En Agenda presidencial, priorizamos la producción en 2010, seguida de una estrategia de diálogo e impulso del debate en 2011. Pero lo que aprendimos fue que el año electoral deja muy poco espacio para el diálogo de políticas, ya que todos los actores están fuertemente avocados a la campaña. Así, de cara a 2015 nos proponemos llevar adelante una estrategia de incidencia programática en 2014, fortaleciendo la campaña pública para el debate presidencial en 2015.

 

Séptimo, los procesos de diálogo tienden a ser un poco intangibles en términos del impacto final. Si bien el diálogo tiene un valor en sí mismo, ya que se supone la mejora de las condiciones de la cultura política del país, se vuelve necesario materializar los resultados del diálogo. No basta con generar los documentos que propician la discusión en el marco de la campaña; también es importante contar con un material que dé cuenta del marco de ideas enriquecido por el diálogo. En el caso de CIPPEC, luego de la campaña de 2011, logramos recopilar el trabajo de los memos de política pública sumado a los resultados del diálogo en el libro 100 políticas para potenciar el desarrollo.

 

LE: ¿Cuál sería el mejor esquema de financiamiento para iniciativas de este tipo?

 

FS: Lo ideal sería que un tipo de ejercicio como este se lleve adelante con recursos propios liberados, lo cual generaría más libertad de agenda y menos costo transaccional en términos del acuerdo de las acciones con los donantes.

 

Ahora bien, contar con recursos de la cooperación internacional potencia la capacidad de la iniciativa de tener perspectiva comparada con otros ejercicios similares (por ejemplo, en el caso de CIPPEC fue importante el apoyo de CIPE para aprender de las experiencias de organizaciones mexicanas). La cooperación internacional puede cumplir un rol fundamental en potenciar esquemas de cooperación Sur-Sur para la transferencia de la tecnología de incidencia en elecciones entre organizaciones pares. Pero para ser implementadas, estas iniciativas requieren del conocimiento de y la relación con los actores nacionales, lo cual es el principal aporte del think tank.

 

A su vez, el financiamiento de actores nacionales facilita la discusión ampliada, ya que compromete a más actores en el diálogo de políticas. El desafío es que este financiamiento no sea percibido como conflicto de interés detrás del apoyo a esta iniciativa. 

 

En definitiva, el financiamiento de estos procesos genera dilemas que se deben arbitrar en función del contexto y la cultura política del país.

 

LE: ¿Cómo se podrían coordinar los modos de cooperación entre think tanks para afinar esta tecnología de incidencia?

 

FS: En primer lugar, es necesario documentar los procesos nacionales e identificar patrones del contexto político que permitan entender las diferencias en las estrategias de incidencia.

 

Segundo, sería importante visibilizar qué hacen otros países en el marco de las campañas electorales. Para ello, es necesario profundizar el diálogo entre las regiones del mundo.

 

Tercero, se deberían desarrollar talleres específicos para el staff de los think tanks en los que se analicen este tipo de iniciativas. Estos talleres deberían descomponer la tecnología para poder abordar cada uno de sus componentes por separado: estrategia editorial, gobernanza, financiamiento, etc.

 

[Nota del editor: para leer una reflexión más sistemática sobre la iniciativa “Agenda Presidencial 2011-2015”, consultar el documento Promover un foro nacional de políticas: CIPPEC y el proyecto “Agenda Presidencial 2011-2015”, el primer número de la Think Tank Series].

 

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